martes, 3 de agosto de 2010

Nicolas Cage: "No soy un adicto al trabajo"


Nicolas Cage estrena este miércoles en EEUU The Sorcerer's Apprentice, la sexta película que protagoniza en los últimos 16 meses, pero a pesar de ello niega ser "un adicto al trabajo", según ha dicho en una entrevista con Efe.



"No soy un adicto al trabajo, pero tengo necesidades, tanto creativas como personales, que necesitan ser atendidas", admitió el célebre actor, que desde marzo de 2009 ha lanzado Señales del futuro, G-Force: Licencia para espiar, Teniente corrupto, Astro Boy y Kick-Ass.

Cage, quien según la prensa se encuentra en bancarrota, arrastra una deuda superior a los 10 millones de dólares (7,95 millones de euros) por impago de impuestos.

Además de en su trabajo como actor, Cage se ha refugiado desde diciembre en su papel como embajador de buena voluntad de la ONU y se ha embarcado en viajes a Kenia y Uganda donde se ha interesado por los niños soldados, el tráfico de personas, la piratería y las condiciones en que viven los presos comunes en las cárceles.

"Para mí la fama es una carga extrema, por lo que ha tratado de convertirla en algo positivo. Yendo a esos lugares puedo llamar la atención sobre esos temas y que se hable sobre las víctimas de esta situación, que es algo muy real en el mundo", manifestó Cage, de 46 años.

Su nuevo trabajo, "síntesis de su labor social"
Por esa razón está muy satisfecho de su participación en The Sorcerer's Apprentice, donde da vida a un hechicero, heredero de las enseñanzas del mago Merlín, que debe defender Nueva York de la amenaza que supone su gran enemigo, interpretado por Alfred Molina. "Esta obra es la síntesis de mi labor como trabajador social y del tipo de películas que quiero hacer", comentó el actor.

Balthazar, su personaje, "usa la magia para el bien del mundo, no para enriquecerse. Eso es lo que me atrajo de la cinta", agregó.

El actor no se cansa de repetir que su objetivo siempre es "entretener", y aquí vio la oportunidad perfecta de rodar un filme familiar, con elementos mitológicos y fantásticos, sin necesidad de usar "balas, violencia y sangre".

"Creo en la magia", afirmó Cage. "Es algo muy simple. Es la imaginación combinada con el deseo de querer algo fervientemente, para crear un efecto en el mundo material. Si lo entiendes así, cualquier cuadro, un discurso conmovedor, un experimento científico o incluso una película son pura magia", agregó.

Dirigida por Jon Turteltaub -con quien Cage coincidió en su juventud en un instituto de Santa Mónica-, el reparto del filme, que rinde homenaje en muchos momentos a Fantasía (1940), lo completan Jay Baruchel, Alfred Molina y Monica Bellucci.

Inspirada en Fantasía
"Fantasía fue la primera película que vi en mi vida", recordó el ganador del Óscar por Leaving Las Vegas. "Siempre me quedaba a verla en Nochebuena y me dormía entre esas imágenes y esa música tan preciosas. Aún la veo cada año y me relajo con ella", declaró Cage, que tuvo palabras de elogio para Baruchel.

"Es espontáneo, le gusta improvisar y tiene una voz única", apuntó Cage. "Los grandes de la historia, como Humphrey Bogart, James Cagney, Clint Eastwood o Jack Nicholson poseen voces que se quedan contigo. La de Jay es así", aseguró.

Beruchel es el héroe del filme y en la parte final debe enfrentarse al toro de Wall Street, la popular escultura de bronce, que cobra vida gracias al embrujo del malvado Maxim Horvath (Molina).

"No me gustan las corridas de toros. Lo entiendo como tradición y aspecto cultural. No quiero crear polémicas, pero respeto la naturaleza y los animales. No me gustan los espectáculos sangrientos", dijo Cage, que próximamente visitará Barcelona para promover el filme.

La película se presenta con el eslogan "es el mejor trabajo del mundo", en referencia a los hechiceros que desfilan por la cinta, pero para Cage ser actor es "probablemente la única profesión posible" para él. "No sé hacer otra cosa", reconoció.

A estas alturas el intérprete es un perfecto conocedor de la industria y sabe que el 3D dará un giro de 180 grados a la forma de ver el cine. "Hago de brujo así que voy a soltar una profecía: en el futuro veremos las películas en salas circulares donde las pantallas girarán y asistiremos a experiencias holográficas", predijo el actor. ¿Supondrá eso el fin de los actores de carne y hueso?

"No, siempre estaremos ahí", afirmó rotundo. "La gente quiere conocer a esa gente, conectar con ellos de alguna forma. Pero es espeluznante pensar que con esas técnicas podrán usar la imagen de actores fallecidos décadas atrás", concluyó.

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