viernes, 4 de septiembre de 2009

Richard Gere y las sexagenarias canas de un seductor irremediable


Seductor y magnético, ya sea como joven mujeriego o maduro multimillonario, Richard Gere, poseedor de las canas por excelencia de Hollywood, llega en el último día de agosto a los 60 años alejado de la primera plana y volcado en su faceta humanitaria.



Nunca fue considerado un gran actor y nunca lo necesitó. Fue considerado el hombre más sexy del mundo en 1999 por la revista People, la misma publicación que seis años antes había declarado al matrimonio formado por Cindy Crawford y Gere como la pareja más atractiva.

Gere siempre tuvo claras sus armas: además de las canas, que comenzaron a florecer a comienzos de la década de 1990 en títulos como Asuntos sucios o Análisis final, supo explotar su elegancia y serena forma de ser, además de perfeccionar esa mirada de cachorro manso que conquistó corazones de forma escalonada hasta dar el campanazo con Pretty Woman.

Pero antes de que la prostituta que encarnaba Julia Roberts dejase de hacer las calles para caer rendida en los brazos de aquel ejecutivo al que daba vida Gere, éste ya sabía lo que era facturar un éxito en Hollywood.

Brillante comienzo

Empezó con el pie derecho de la mano de Paul Schrader en American Gigoló (1980) y dos años después el director Taylor Hackford lo vistió con uniforme de la Marina estadounidense -le sentaba como un guante- para provocar algunos de los mayores suspiros de la década en Oficial y Caballero (1982).

La banda sonora de la película -en especial el tema Up Where We Belong, interpretado por Joe Cocker y Jennifer Warnes-, y los mohínes de Debra Winger hicieron el resto para lanzar a Gere como la nueva gran estrella de la industria.

Después llegarían Cotton Club (1984), de Francis Ford Coppola, Atrapados sin salida (1986), con Kim Bassinger, y Asuntos sucios (1990), junto a Andy García.

Y llegó Pretty Woman

Y entonces llegó Pretty Woman, posiblemente la comedia romántica más conocida de los 90 y uno de las películas de mayor recaudación de esa década, con más de 460 millones de dólares en todo el mundo.

Casi diez años después el mismo equipo, comandado por el director Garry Marshall, se reunió de nuevo en la comedia Novia a la fuga, que aunque contó con un presupuesto mucho mayor, se quedó por debajo de los números obtenidos por su primera cinta en común.

Para entonces Gere se había divorciado de la modelo Cindy Crawford, con quien estuvo casado desde 1991 a 1995, y había mantenido su estatus en Hollywood gracias a trabajos como Sommersby (1993), Mr. Jones (1994) o Las dos caras de la verdad (1996) mientras se embarcaba en campañas ecológicas y de concienciación frente al sida.

Sin embargo, la Academia de Hollywood jamás le ha brindado gran aprecio. No sólo porque nunca ha sido candidato al Óscar, sino también porque hubo una época en la que se prohibió su presencia en estos premios debido a los comentarios que efectuó contra China durante la ceremonia de 1993.

Comprometido con el Tíbet

Y es que Gere, budista practicante desde hace más de 35 años, lleva décadas involucrado en campañas humanitarias en favor de los Derechos Humanos y se ha convertido en defensor a ultranza de la libertad del Tíbet frente a la ocupación china, y del retorno del Dalai Lama a China, tras 50 años de exilio en el norte de la India (Dharamsala).

El intérprete, casado actualmente con Carey Lowell, siempre se ha mostrado muy crítico con el régimen comunista chino, y al igual que grupos de derechos humanos como Amnistía Internacional, ha denunciado que etnias minoritarias, como la tibetana y la uigur, son objeto de una represión sistemática por parte de ese gobierno.

"El Dalai Lama es un pragmático", admitió hace años Gere. "Él es consciente de que es irreal aspirar a la independencia del Tíbet. Todos los países del mundo están haciendo negocios con China, así que no hay otra solución que la convivencia", argumentó.

Gere admira profundamente "el cometido" del Dalai Lama de "generar amor y compasión", pero reconoce que él no podría dedicarse exclusivamente a ello porque, sencillamente, le encanta hacer películas.

Y así lo sigue demostrando en los últimos años, con obras populares como Chicago (2002) -por la que consiguió su único Globo de Oro-, o Infiel (2002) y Noches de tormenta (2007), junto a su gran amiga Diane Lane, mientras tiene en cartera la lacrimógena Hachi, con perro abandonado por medio.

http://www.eldiariomontanes.es/20090830/mas-actualidad/gente/richard-gere-sexagenarias-canas-200908300906.html

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