lunes, 15 de febrero de 2010

El tradicional almuerzo de los Oscar reúne a más de 120 candidatos


ANTONIO MARTÍN GUIRADO / EFE| LOS ÁNGELES


Un total de 121 candidatos a la 82 edición de los Oscar se han dado cita en el tradicional almuerzo organizado por la Academia de Hollywood en el hotel Beverly Hilton (California), un acto donde el actor austríaco Christoph Waltz ha brillado con luz propia.



En la vigésimo novena edición de este clásico encuentro previo a los Oscar no se ha podido ver a la española Penélope Cruz, que prefirió estar presente en los premios Goya, pero sí que han acudido los cinco nominados en la categoría de mejor director, los cinco candidatos a mejor actor y cuatro de las aspirantes al premio de mejor actriz.

No todos ellos han hablado con la prensa, pero justo antes del convite algunos han accedido a compartir sus sensaciones en breves declaraciones a los periodistas. Por allí han desfilado, en este orden, Gabourey Sidibe (Precious), Sandra Bullock (The Blind Side), Lee Daniels (Precious), Vera Farmiga (Up in the Air), Woody Harrelson (The Messenger), Carey Mulligan (An Education), Jeff Bridges (Crazy Heart), Kathryn Bigelow (The Hurt Locker), Jeremy Renner (The Hurt Locker), Christoph Waltz (Inglourious Basterds), Maggie Gyllenhaal (Crazy Heart) y Colin Firth (A Single Man).
La mayoría, novatos

Casualmente, es la primera candidatura al Oscar para la mayoría (excepto Harrelson y Bridges) y los nervios han estado a la orden del día, lo que ha provocado que muchos usaran el humor para romper el hielo. "Poneos en pie cuando me aplaudáis", ha sido lo primero que ha dicho Sidibe, antes de confesar que desde el estreno de la película han sido muchas las adolescentes que se han acercado a ella para comentarle los abusos físicos que han sufrido. "En muchas ocasiones era la primera vez que se lo decían a alguien. Es algo que emociona. Vieron la película y sintieron una conexión con mi personaje", ha explicado la actriz en alusión a su papel en Precious, una joven obesa, analfabeta, embarazada de su padre y maltratada reiteradamente por su madre.


Por su parte, Sandra Bullock, resplandeciente con un vestido gris de Vivian Westwood, también ha comenzado chistosa la jornada: "Ahora sé cómo es ser presidente", ha dicho ante los aplausos de los periodistas. Después ha provocado las carcajadas del personal cuando el micrófono le golpeó el pecho. "Eso me ha hecho sentir bien", ha comentado entre risas. Más seria ha admitido que su vida ha cambiado desde que no se toma las cosas tan en serio. "Vivo feliz y me siento contenta con lo que tengo. Siempre creo que voy a fallar, por eso me sorprende todo esto que me está pasando", ha afirmado.
Gran ovación para Christoph Waltz

Asimismo Woody Harrelson, con aire despistado, ha reconocido que no esperaba estar nominado "el mismo año que mataba zombis", en alusión a su rol en Zombieland. "Estoy seguro de que no voy a ganar, así que me tomo el 7 de marzo como una buena fiesta", ha apuntado. Pero ha sido Christoph Waltz quien se ha llevado la gran ovación con su comicidad y su trato exquisito con la prensa. Primero mandó callar entre gritos a quienes vociferaban en la sala contigua, sin importarle que fueran otros candidatos al Oscar. Y después ha deleitado al personal con una respuesta simultánea en alemán e inglés. Waltz, gran favorito en todas las quinielas para la categoría de mejor actor de reparto, se quita peso de encima. "Nunca se trató de ganar, esto no es una competición. Todo es camaradería, ya veremos qué pasa", ha declarado.

También se ha referido a su dominio del inglés, el alemán y el francés, como se muestra en el filme de Quentin Tarantino. "Viene bien cuando viajas, cuando quieres seducir a alguien... Pero nunca imaginas que te valdrá para una película", ha explicado justo antes de asegurar que Tarantino "escribe poesía dramática".



http://www.abc.es/20100216/cultura-cultura/tradicional-almuerzo-oscar-reune-201002160314.html

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